Uno de los sistemas de defensa más importantes del cuerpo tiene que ver con los pulmones y los bronquios. Estos en realidad cuentan con mecanismos naturales para eliminar partículas que llegan a entrar en la respiración. Los bronquios se encargan de producir el moco, que sirve para expulsar los elementos extraños que están en los pulmones.

Si bien, en el tabaquismo la entrada de partículas es particularmente mayor y sobrepasa la capacidad de los mecanismos de los bronquios, se produce un incremento del moco, el cual es posteriormente eliminado con la tos. Es común en los fumadores la expectoración y la tos, hasta llegar a ser una bronquitis crónica. Al reducir el calibre de los bronquios, es esfuerzo que se realiza para movilizar el aire es mayor, por lo que se produce una dificultad respiratoria o EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).

En estos casos, los bronquios se van obstruyendo progresivamente y el pulmón forma un enfisema, por aspirar humo de tabaco y otras substancias. Por lo general, es una enfermedad tratable y hay medicamentos o terapias que dan resultados favorables, pero en casos avanzados, es una enfermedad irreversible y mortal.